Si necesitas relajarte, parar en tu día a día y volver a conectar contigo misma o mismo sigue leyendo...
La relajación se puede practicar de manera aislada o al finalizar la práctica yoga. Suele realizarse entre 10 y 15 minutos, aunque se puede prolongar el tiempo que se necesite.
Existen muchas técnicas de relajación y todas tienen un mismo objetivo: liberar tensiones y reestablecer el equilibrio del cuerpo y de la mente .
El acto de relajarse no es un esfuerzo, todo lo contrario, en ello está implícito el acto de soltar, de abandonarse.
El hilo conductor de la relajación es la respiración. Respiración lenta, consciente, natural y silenciosa.
Para algunos es difícil. Recuerdo a una alumna embarazada, que una vez me manifestó su incomodidad para permanecer inmóvil durante la relajación. Reconocía que era un momento difícil para ella. Tenía dificultades para cerrar los ojos y soltar el cuerpo. De hecho, aprovechaba esos minutos para repasar su lista de tareas pendientes.
Otras personas manifiestan deseos de huida. Es más frecuente de lo que creemos. Vivimos en una actividad frenética y el sólo hecho de parar supone una gran desafío.
¿Se puede aprender a soltar? Si. Sólo requiere tiempo y paciencia. Es cuestión de práctica.
Savasana: una postura de yoga ideal para la relajación.
Savasana se traduce como postura del cadáver. La palabra sánscrita “Sava” significa cadáver y “asana” postura, de ahí el significado: postura del cadáver.
Elige un lugar tranquilo, con luz tenue y temperatura agradable. Y ten a mano una manta. Cuando relajamos el cuerpo, nuestra temperatura corporal baja de manera considerable.
Es muy importante que coloques una manta doblada bajo tu cabeza (deja tus cervicales libres). Esto evitará que mantengas la barbilla levantada y lleves los ojos hacia atrás.
Ahora es tu turno, cuéntanos que tal!