Cada verano, los sacadores de corcho, de Portugal, armados con hachas afiladas como cuchillas, se afanan en descorchar con esmero los alcornoques.
Una labor altamente cualificada, que emplea el mismo método artesanal, totalmente manual, desde hace cientos de años. Consiste en separar meticulosamente del tronco madre la corteza exterior, en planchas de corcho que luego se secan y procesan.
Un alcornoque puede vivir más de 200 años y se le puede cosechar una vez cada nueve años, a partir de los 25 años de edad.
En Rocork Yoga apostamos por la sostenibilidad de nuestros productos y por eso y debido al creciente interés por este tema ha propiciado una inversión sustanciosa en el desarrollo de nuevos e inesperados usos del corcho, pero la industria enfrenta la dificultad de mejorar la gestión de las 736 000 hectáreas de alcornocales que hay en Portugal.
«La ordenación forestal sostenible es muy importante», en La Associação Natureza Portugal (Asociación de la Naturaleza de Portugal, o ANP), es una organización no gubernamental sin ánimo de lucro dedicada a la conservación de la naturaleza y la protección del planeta, en asociación con el Fondo Mundial para la Naturaleza (WWF).
«Cuanto mejor gestionada esté, mayor será su conservación. Sabemos que proporciona múltiples beneficios ambientales, como la retención del dióxido de carbono y la regulación del suelo», añade.
Como el cambio climático provoca períodos de sequía cada vez más largos, los alcornocales contribuyen a evitar incendios forestales y su correcto mantenimiento ayudan a este bienestar común.
En estos bosques, todo el trabajo de recolección de corteza de corcho todavía lo realizan equipos de hombres, utilizando hachas de mano y aún no se ha inventado ningún método mecánico viable para hacer el trabajo con tanta precisión. Por tradición, utilizando el enfoque Biodinámico, comienzan en la primera Luna Nueva del mes de mayo de cada año.