El Yoga nos enseña la importancia de escucharnos, de parar, respirar, de aunarnos con nosotros mismos, con nuestro espacio, con la naturaleza y sus ciclos. Generar una pausa consciente donde aprendemos a responder en vez de reaccionar, manejar mejor nuestra energía y las situaciones creando nuevos patrones mas amorosos y pacíficos, cortando viejos patrones repetidos que nos llevan a la dualidad y sufrimiento. Ser responsable es de lo más espiritual y la responsabilidad empieza desde la escucha interna y con ella un respeto por los propios ciclos que nos marca la naturaleza.
La Luna ese gran satélite que baila con la Tierra y dependiendo de su angulación decora nuestras noches y con ella no solo somos conscientes del movimiento continuo que existe en todo si no de los ciclos que pasamos. Es nuestra gran maestra, la luminaria que con su posición mueve mareas, emociones y por supuesto nuestro cuerpo compuesto por casi un 75% de agua.
Desde la antigüedad el hombre ha tenido gran pasión por la luna dedicándole pinturas, poemas, e incluso queriéndola conquistar. Desde nuestra intuición y observación nos hemos abierto a sus fases aprendiendo con ella que todo tiene su momento y que hay algo más grande que rige nuestros ritmos, bajándonos del ego y recordándonos que somos parte de algo más grande.
El objetivo de Rocok Yoga es estar tan cerca de la naturaleza, respetándola completamente.